domingo, 15 de diciembre de 2013

Los Mundos de Bahiana

Bahiana tiene lugares especiales. Son como mundos personales. Cada situación la traslada a uno diferente. Pero ella no lo puede diferenciar, porque cada sentimiento la introduce en un lugar que está ligado directamente con sus sensaciones y sus emociones. 
Tiene periodos en los que frecuenta más ciertos lugares, y después van cambiando. A veces atraviesa instantes incómodos, en los cuales ella descubre nuevos momentos, y esferas diferentes, que no conoce, y la ponen mal, y simplemente no se encuentra ella misma en su mundo; pero es solo hasta que se relaja. 
¿Muy difícil? 
Bahiana tiene un álbum de momentos en su cabeza, esos momentos se transformaron en lugares, que están atados a sus cambios de humor, sensaciones, emociones. 
A veces cuando está feliz viaja a una tarde rosa del verano de 1998, en la habitación de su antigua casa, en el piso de arriba, con una ventana con rejas que da a un parque con una palmera y un hermoso césped. 
Otras, viaja a una tarde en sepia, otra tarde del mismo año, tomando té en el living de su abuela, en un gran sillón junto a la ventana, con una extraña lluvia que teñía el cielo de color café… 
En invierno, el final de la tarde, entre las seis y las ocho, es el eterno momento con un cielo gris, con mucha comida en la cama, y con una película de más de veinte años; o tal vez viajando en un colectivo hacia algún lugar, con el cabello mojado. 
Cuando tiene miedo sus momentos se pintan de negro, y ella no puede sentir nada más que pura adrenalina y terror, sus ojos se nublan y pierde el coraje. 
Bahiana esta en un hospital hace un año, pero ella no vive ahí, ella vive en sus mundos.
 

Ella simplemente despertó un día y viajo a uno de sus lugares, el primero fue la playa de Puerto Madryn, a la mañana temprano. Mientras ella disfrutaba sentada en la arena, jugando con las pinzas de algún cangrejo, su madre llamaba a la ambulancia, y su padre la sostenía en el piso con la cabeza rota. Ella viajo cuando bajaba las escaleras. 
Bahiana padece de narcolepsia con alucinaciones onirógenas, lo que significa que tiene incontrolables accesos de somnolencia durante el día, conservando el estado de conciencia y creando la posibilidad de experimentar el subconsciente de manera asombrosamente conciente. 
Ella hace un año que se desvaneció en medio de un incendio, en la casa de su amiga, nadie la vio, y tardaron quince minutos en acordarse de ella, y subir a sacarla, por la adrenalina y la tensión. Pero ella nunca se entero, porque desde ese día no salió más de sus mundos.
 

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