jueves, 12 de agosto de 2021

Los Maestros

 Anoche soñaba con ellos. Soñaba que tomaba sus  imágenes y decía, “ellos necesitan que yo pase su mensaje, que les preste la boca para que puedan hablar”. Todo era oscuro ahí, menos sus figuras que brillaban en reluciente claridad y nitidez. Podía ver sus cuerpos desnudos actuando, y transmitiendome el mensaje.


No pude volver a dormir, de todos modos ya era de mañana. Una vez me dijeron que los “mensajes importantes” llegan en la madrugada. No lo creo. Creo que ese mensaje es importante, y que es verdad, aunque fuera de día. 


Salí a la calle, y aunque nunca quiero cruzarme con nadie, y mucho menos saludar a nadie, ahí estaba una figura del pasado que abracé con alegría en mi corazón. Parecía un holograma de las cosas bonitas que atesoramos sobre el pasado, hablándome como hablaba yo en el sueño, arrojando luz sobre la oscuridad de la mañana clara. “La vida no está acá, andate”, me dijo.


Mi pecho se abrió cuando la abracé, seguía igual que siempre. Fue una mensajera, no me recomendó que me fuera a buscar un lugar mejor, me vaticinó el futuro.  ¿Cómo lo sé? no puedo revelar ciertas fuentes. Sólo voy a revelarles los mensajes que me sean permitidos.


El día pasó liviano, como el agua fresquita. Pensé que me iba a producir ansiedad, pero fue un delicioso día invernal, extrañamente luminoso.


Casi al final, si le abrí la puerta a la Ansiedad. Le dije que pase, que teníamos que hablar. Me interrogó.

  • ¿Qué quiere?

  • Actuar con sabiduría.

  • ¿Cuál es la sabiduría? ¿Hacer un poco lo que quiere usté y un poco lo que quiere el otro? ¿No hacer lo que quiere el otro? ¿No hacer lo que quiere usté por miedo a que sea un capricho? ¿Por qué no me dice dónde termina el recorrido de este tren y terminamos el asunto de una vez? así sabré si quiero subirme, bajarme o quedarme. 

  • El asunto no es si quedarme o irme… tampoco es leer el final del libro y descartarlo antes de saber por qué llegó hasta ahí...


Ansiedad palideció, y se le cayeron los bigotes.


  • Le digo más, el asunto real es que usté no es real.


Ansiedad fastidioso me miró con cara de indignado, ofendido.


  • Usté no es real porque en este tren no hay destino, y el final no es final. No hay un lugar al que llegar, en este libro y en este tren, creamos el camino por donde vamos. No hay un final escrito. Y ese… es un superpoder.


Ansiedad sintió náuseas, lloriqueó como un niño, y finalmente sintió un escalofrío que le recorrió el ser completo, y se transformó en El Logro.


Lo miré sorprendida. Era el mismo, pero había cambiado, como si fuera una campera reversible. Tenía una cuando iba al colegio.


El Logro, me miró con una cara que parecía añosa, pero se veía natural y joven al mismo tiempo. Tenía los ojos apenas abiertos, como un chino. No dijo nada, me habló con la mente.

“La fe no se enseña ni se aprende. No busques más.”


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